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Presencialidad, Online, Live, Minerva y el mundo de la formación tras la pandemia
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Presencialidad, Online, Live, Minerva y el mundo de la formación tras la pandemia

La formación ejecutiva puede sacar fuerza de un momento de crisis, siempre que se comprenda la naturaleza del cambio al que nos enfrentamos. La formación es una palanca natural de adaptación, ya que los nuevos escenarios corresponden a nuevos enfoques, nuevas herramientas y procesos. Por lo tanto, las personas y las organizaciones sienten la necesidad de reestructurar sus conocimientos de acuerdo con los nuevos paradigmas.

Sin embargo, está claro que una crisis económica como la que se aproxima reducirá la capacidad de inversión y por esto es imprescindible aumentar la flexibilidad de la propuesta, lanzando programas y soluciones adecuadas para un nuevo momento y nuevas necesidades, tanto individuales como de empresa. Entre los nuevos paradigmas también se encuentra el distanciamiento social, con el que tendremos que convivir durante un tiempo. No hay duda de que la digitalización de muchos sectores sufrirá un impulso definitivo, pero es importante entender que aquellos que simplemente transferirán los viejos modelos analógicos al digital no sobrevivirán, las propuestas deben ser nuevas, en contenidos, y no solo en modalidades.

Lo más probable es que el mundo post Covid-19 introduzca un crecimiento exponencial del on-line learning. La crisis sanitaria y económica comportará la aparición de nuevos players en el mercado, aumentará la competitividad interna y hará que algunos de los actores actuales desaparezcan.

Las compañías que estaban bien posicionadas para este cambio han aprovechado su ventaja competitiva. Es el caso, por ejemplo, de las empresas dedicadas al delivery o las plataformas para el streaming on demand. La cuota de mercado ganada en los últimos años, combinada con la experiencia adquirida, coloca a las empresas nativas digitales en una condición privilegiada. Sin embargo, esa ventaja podría ser minada por organizaciones capaces de adaptar rápidamente su fuerza analógica al mundo digital. Netflix es un ejemplo de cómo una compañía nativa digital, ágil y pequeña puede crecer y conquistar grandes cuotas de un nuevo mercado. Al mismo tiempo, cuando un gigante como Disney, por voluntad o necesidad, decide transferir sus recursos en ese mercado esa ventaja podría cancelarse.

En el sector de la formación, Minerva School representa un excelente ejemplo de posicionamiento pre-pandémico que podría ganar aún más terreno en lo que vendrá después. Nacida en San Francisco en 2014, Minerva es una universidad que está erosionando rápidamente el monopolio de los mejores talentos a las grandes universidades de EE.UU. Se basa en una plataforma (Active Learning Forum) que ofrece exclusivamente cursos en línea, estructurados por un equipo de académicos y pedagogos.

La necesidad de reducir los costes de acceso a la educación superior, combinada con la experiencia en el aprendizaje en línea, coloca a la plataforma Minerva en una situación de ventaja competitiva. Sus precios son muchos más bajos que los de las demás universidades estadounidenses tradicionales. Tras seis años de vida, con inversores del calibre de Benchmark Capital, TAL Group, ZhenFund y Yongjin Group, Minerva recibe alrededor de 25 mil solicitudes de admisión por año, de las cuales solo el 1,2% son aceptadas. Los candidatos provienen de todo el mundo, especialmente de EE.UU. y Asia.

Minerva no es solo una alternativa digital más barata, sino un verdadero cambio de modelo educativo. Los seminarios están dirigidos a una clase restringida de estudiantes (máximo veinte), que pueden interactuar directamente entre sí y con el profesor. El sistema permite evaluaciones instantáneas de las contribuciones de los alumnos y el docente puede verificar, a través de conversaciones, el nivel de comprensión, las dificultades y las áreas a mejorar, según una metodología muy similar al Flipped Learning, donde los estudiantes aprenden los conceptos académicos por medio de lecturas, vídeos y material de su elección antes de la sesión grupal.

La interacción en las aulas se consigue a través del trabajo colaborativo (discusiones socráticas, juego de roles, debates, simulaciones), la aplicación de lo aprendido en distintos contextos y el feedback casi inmediato del rendimiento. No hay exámenes y el trabajo se enfoca principalmente al manejo de cuatro grandes competencias: pensamiento crítico, pensamiento creativo, comunicación eficiente e interacción eficiente.

Se pretende así formar a profesionales flexibles, capaces de moverse en entornos complejos y adaptarse a los cambios drásticos a los que tendrán que enfrentarse. Un modelo educativo que permite experimentar la innovación de primera mano, según un enfoque Agile y al ritmo del desarrollo de las fuerzas disruptivas: inteligencia artificial, aprendizaje automático, economía compartida, fintech, biotech, treaty printing e internet de las cosas. La propuesta está a medio camino entre el MOOC (Massive Open Online Course), cursos online muy concurridos que, sin embargo, pocos completan (5%), y el de ‘The DO School’, donde ‘el decir se convierte en hacer’.

Además de los seminarios virtuales, la plataforma Minerva cuenta con un sistema de gestión del aprendizaje que ayuda a administrar los cursos ya completados y a hacer seguimiento del progreso académico. Active Learning Forum y el currículo de Minerva también son una aplicación escalable a clases de hasta 400 estudiantes, un producto que ya ha sido adquirido por varios centros, como la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong o la Universidad SRM Aravati de la India.

La propuesta de Minerva también incluye una experiencia de vida multicultural: los estudiantes del primer año se quedan en una residencia en San Francisco. A partir del segundo curso cambian de ciudad cada seis meses: Berlín y Buenos Aires; Hong Kong y Mumbai; Londres y Nueva York. Se alojan en edificios con habitaciones privadas y espacios comunes y se integran con la comunidad local. El idioma se aprende por inmersión, no hay equipos deportivos de la escuela ni hermandades, los alumnos participan en actividades y servicios de la comunidad. La visión de fondo es que un directivo ya no puede encerrarse en su oficina, ignorando lo que sucede a su alrededor. Conocer directamente, vivir las diferentes realidades del planeta prepara para manejar el desafío de la diversidad, además de acostumbrar al compromiso.

Las universidades deben adaptarse a un mundo en el que se cambia de carrera con frecuencia y se necesita un alto nivel de transferibilidad. Esto solo se puede conseguir dando acceso a un conjunto de herramientas que se puedan transferir a cualquier situación; habilidades más profundas y transversales que se trabajan de forma activa: el pensamiento crítico, la resolución creativa de problemas, la comunicación eficaz.

Este discurso es valido para cualquier grado formativo y especialmente para la educación ejecutiva. El objetivo de formar una generación de líderes capaces de transformar el mundo, que cuenten con una mentalidad abierta y dispuesta a crear proyectos de alto impacto es lo mismo que persigue Esade, que desde hace tiempo compite con una propuesta formativa construida para producir resultados concretos en este nuevo entorno global.

Los programas In/On e In/On Live en formatos semipresenciales o 100% en línea, están diseñados para sumergir al estudiante en una metodología que combina la excelencia de los programas presenciales de Esade con las oportunidades que ofrece el mundo digital. A través del método ‘Learning by doing’ se combinan teoría y práctica, todas las herramientas y técnicas de aprendizaje empleadas se enfocan a la vida profesional real. El seguimiento digital es personalizado y basado en la clase invertida, la educación al debate y al pensamiento crítico.

La colaboración con Global Alumni, especialista en transformación digital permite contar con un amplio portfolio de programas nativos digitales y una metodología propia, con especialización en técnica directiva y nuevas tecnologías. Gracias a ello, Esade ocupa una posición de ventaja en comparación con otros competidores; del mismo modo que el diálogo constante entre la enseñanza, el alumnado y la empresa permite llevar a cabo la formación de capacidades organizativas basadas en la agilidad y la flexibilidad, según el modelo de la revolución tecnológica. No es tiempo de esperar el futuro, sino de crearlo.

Por Andrés Raya