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El poder del mindfulness

El poder del mindfulness

Sabéis lo que se siente cuando el tiempo empieza a fluir de otra manera, que hueles, que sientes tus pasos, que saboreas el café de la mañana, que escuchas los problemas de tu hijo, que atiendes los miedos de personas de tu equipo, que sientes como se mueve cada musculo de tu cuerpo cuando haces ejercicio…. Que vives la vida en vez de vivir la muerte.

Lo cierto es que si no os resuena nada de lo que os he dicho os invito a que inicies un viaje de exploración y transformación personal que cambiará definitivamente vuestra forma de entender vuestra existencia y vuestra propuesta de valor al mundo y es tan sencillo como darle la oportunidad al Mindfulness de formar parte de ti, es una capacidad que todos poseemos y que todos, sin excepción, podemos cultivar.

Mi experiencia se remonta a hace cuatro años, momento en que paso por una crisis vital en la que no encuentro cual es mi misión y mi visión (no olvidéis que mi motor es la Calidad) y me pregunto qué es lo que quiero, como me veo en unos años, que es lo que me hace feliz , como me siento y no todas las respuestas fluían de forma rápida y espontánea,  conocía como gestionar el Bien Hacer (soy una maquina en hacer), pero no tenía ni la más mínima noción de que era Bien Ser, porque yo nunca me había escuchado ni me había atendido, ni siquiera me había cuidado, me dedicaba a habitar (que no vivir) el presente recordando los errores del pasado y previniendo los riegos del futuro que aunque incierto e imposible de controlar yo consideraba más predecible de lo que en realidad es.

“Esto no está bien, no funciona”, pensé y empecé a bucear y a explorar en el potencial y los beneficios contrastados incluso científicamente de la práctica diaria de Mindfulness.
No es una tarea fácil los primeros días/semanas/meses, mi juicio (esa vocecita incómoda que nos acompaña) me susurraba que no hacia bien la práctica, que no valía para nada, que vaya pereza, que total para que… y desde la determinación gané la batalla al miedo, miedo a escuchar tu cuerpo, tus células, miedo a encontrar algo que no entiendes o no te gusta de ti, miedo a parar y pensar y no actuar desde la inmediatez, en definitiva miedo a menos hacer y a mas ser.

Un reto apasionante que hoy se ha convertido en una rutina indiscutible e incuestionable como lavarme los dientes o comer. Estar consciente me ha permitido recibir el dolor desde la aceptación, la vida no es fácil para nadie, está plagada de obstáculos y contradicciones pero resistirse a ellos no conduce más que a insatisfacción,  cuando aceptas el dolor minimizas el sufrimiento y eres más feliz, porque la felicidad no sólo se alcanza en momentos alegres, la felicidad para mi es equilibrio, es serenidad, es consciencia y aceptación es estar donde estás y abrazar ese momento que es tu presente que es lo único real en este momento.

He descubierto muchas cosas, mucha vida,  a Marta Villanueva, qué soy, qué quiero ser, qué me hace feliz y qué no me gusta,  a respirar, ese recurso siempre disponible al que asirse como un ancla a un puerto seguro. Como cuidarme, aprender y saber decir NO.
A muchas personas porque las he mirado y las he escuchado de manera activa sin juicio, empiezas a conocer a personas que han formado parte de tu vida y jamás has atendido.
La comida con su color, su sabor, su masticación, lo que me sienta bien y lo que es bueno para mí.

He descubierto los nueve tipos de hambre (de mente, oído, vista, nariz, boca, estomago, celular,  de corazón, de sed) y he identificado cada una de ellas. ¡¡¡¡Apasionante!!!!
Me he reconciliado con mis dolores, esos dolores que tenemos todos los días y que ni siquiera identificamos porque no sabemos ni siquiera que existen…..  pues existen y los he recogido y atendido.

Tengo hambre de aprender, conocer, saber, descubrir.
A caminar sintiendo, respirando, escuchando.
A pensar lo que quiero que sea mi día y a reflexionar por la noche sobre lo que he dado y he recibido.
A dar las gracias por todo lo que soy y lo que tengo
A desarrollar la compasión (entendida como entender al otro e intentar apoyarle, ponerte a su disposición con empatía) y sobre todo la autocompasión

Cada vez me gusta más mi trabajo y me encanta lo que hago porque me lo paso bien.
Si fuera mi último día de vida haría lo que hago cada día porque me siento bien
Esto que os cuento no quita mi modelo de Calidad de Vida como una forma de vivir y de pensar, es mi proyecto (misión, visión y valores) y tengo que conocer el entorno en el que vivo,  innovar, mejorar, cumplir, orientarme a mis grupos de interés, prevenir y corregir los riesgos…. Seguro que a todos os suena eso es CALIDAD y yo os animo firmemente a que lo descubráis porque entonces y solo entonces empezareis a vivir la vida

 
Marta Villanueva es una mujer de su tiempo de 46 años, madre de una hija, Marta, de 17. Es Directora General de la Asociación Española para la Calidad desde 2008 pero trabaja en esta institución desde 1993. Cree en el proyecto de la AEC y siente que hay que cuestionarse todo con mente de aprendiz y hacer lo que es correcto porque así no se equivocara. Gestiona el miedo para ser libre porque…… ¿qué es lo peor que podría pasar? Pues si ocurre también pasará.

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